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¿Es rentable montar un gimnasio como negocio?

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Daniela Céspedes
Administradora de empresas · 16 de octubre de 2025

La industria del fitness en América Latina ha experimentado un crecimiento notable en la última década. Después de los cierres forzados por la pandemia, el regreso a la actividad física se ha convertido en una prioridad para muchos habitantes de la región. Las encuestas de la Health & Fitness Association muestran que más del 61 % de los consumidores latinoamericanos se ejercitan varias veces a la semana y el 78 % realiza actividad física al menos algunas veces al mes. Este interés se traduce en la apertura de miles de gimnasios en países como México, Colombia, Argentina, Chile y Perú. Sin embargo, abrir un gimnasio requiere un análisis riguroso de mercado, inversión y márgenes de rentabilidad. A continuación se presenta un estudio detallado para responder si es un buen negocio en Latinoamérica.

Análisis del mercado regional

Panorama general. América Latina es uno de los mercados fitness de mayor crecimiento en el mundo. El estudio Radiografía del sector de gimnasios en Latinoamérica 2024 revela que en los principales países de la región (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú) aproximadamente el 55 % de los usuarios considera las instalaciones deportivas como su principal lugar de ejercicio. Aun así, persisten altos niveles de sedentarismo: 62 % de los adultos colombianos no cumplen las recomendaciones mínimas de actividad física y en México sólo el 41 % de los adultos es físicamente activo. La combinación de mayor conciencia sobre la salud y una población sedentaria crea oportunidades para el sector.

Colombia. Con más de dos millones de usuarios, Colombia es el cuarto mercado fitness más grande de la región. Las estadísticas de Mercado Fitness indican que existen alrededor de 4000 clubes y que la mayoría son gimnasios independientes con áreas menores a 400 m² y menos de 10 empleados. El perfil del consumidor colombiano es mayoritariamente femenino (26‑45 años), que entrena tres veces por semana y mantiene su membresía entre tres y seis meses. Las cifras de salud pública muestran que 56 % de los adultos están con sobrepeso y 62 % no realizan suficiente actividad física, lo cual sugiere un mercado en expansión.

México. Es el mayor mercado de gimnasios en Latinoamérica. Según la International Health, Racquet & Sportsclub Association (IHRSA), el número de gimnasios creció de 12 376 en 2019 a 20 642 en 2024. El valor del mercado ronda los 456,5 millones de dólares. La encuesta MOPRADEF 2024 indica que solo 41,1 % de los adultos mexicanos son físicamente activos, dejando una población sedentaria cercana al 60 %. Las edades predominantes de los usuarios son de 26 a 35 años. Este escenario ofrece un potencial enorme para captar nuevos clientes.

Argentina. Existen alrededor de 8 700 gimnasios que atienden a 3,6 millones de usuarios (aproximadamente 7,8 % de la población). La Cámara de Gimnasios de Argentina señala que la mayoría de los establecimientos tiene menos de 500 m² y cuenta con menos de 200 socios. Aunque la penetración es mayor que en otros países (6,8 %), la crisis económica y la inflación influyen en la capacidad de pago de los usuarios. Aun así, el 55 % de los gimnasios informó un aumento de socios en 2024.

Chile. El país registró 2 089 gimnasios y cerca de 1,05 millones de usuarios en 2024. La penetración de la industria es 5,3 % y la mayor parte de los gimnasios son negocios independientes ubicados en zonas residenciales. Un estudio de XBrein reporta que el número de locales de gimnasios aumentó 72,3 % entre 2020 y 2025, después de que un 30 % cerrara durante la pandemia. Los desafíos más mencionados son el alza en el costo de arriendo y energía.

Perú. Posee 4 026 gimnasios y más de dos millones de usuarios, lo que representa una penetración del 6 %. La mayoría de estos gimnasios tiene menos de 400 m² y emplea a entre dos y cinco personas. El consumidor peruano típico es una mujer entre 26 y 45 años que busca bienestar y salud. La Asociación de Gimnasios del Perú destaca que se crean entre 10 y 12 nuevos centros al mes, evidenciando un sector en expansión. El regreso a las actividades presenciales y la influencia de las redes sociales son factores que impulsan la demanda.

Modelos de negocio y perfil del consumidor

En Latinoamérica se observan tres modelos principales: gimnasios físicos tradicionales, plataformas en línea y negocios mixtos. Los primeros concentran la mayoría de la oferta, aunque después de la pandemia muchas cadenas incorporaron clases virtuales y aplicaciones de entrenamiento. Los gimnasios de bajo costo, como Smart Fit, basan su rentabilidad en un alto volumen de socios y mensualidades accesibles; sus ingresos provienen en un 95 % de las cuotas mensuales. Las boutiques fitness (clases de yoga, entrenamiento funcional o centros de crossfit) ofrecen experiencias premium a un grupo reducido de clientes, lo que permite cobrar tarifas más altas y diferenciarse de la competencia. Por último, los modelos híbridos combinan la presencia física con entrenamientos virtuales y programas personalizados mediante aplicaciones.

El perfil del consumidor varía según el país pero se destacan algunas tendencias: predominan las mujeres jóvenes (26‑45 años) en Colombia y Perú; en México y Argentina la mayoría de socios tiene entre 26 y 35 años. La preferencia por el levantamiento de pesas y el entrenamiento funcional es común, aunque disciplinas como yoga, Pilates y cycling indoor están ganando popularidad. Una proporción significativa de no socios planea inscribirse en un gimnasio en los próximos 12 meses, lo que anticipa una demanda creciente.

Inversión inicial: costes fijos y variables

Montar un gimnasio implica una inversión considerable. Los costes fijos incluyen el alquiler o compra del local, las licencias municipales, la adecuación de espacios (baños, vestuarios, climatización) y el equipamiento principal. Los costes variables comprenden salarios, servicios públicos, reposición de inventario (toallas, suplementos, artículos de higiene) y marketing.

Equipamiento y adecuación. En países como Argentina, equipar un gimnasio de 200 m² con máquinas locales cuesta entre 30 000 y 35 000 USD, mientras que importar máquinas puede elevar el presupuesto a 90 000‑30 000 USD. Para un área de 400 m², la inversión se duplica. En México, el equipamiento se sitúa entre 300 000 y 800 000 MXN (≈ 17 000‑46 000 USD). Estas cifras sirven de referencia para Colombia, Chile y Perú, donde el equipamiento de un gimnasio de tamaño medio ronda los 30 000‑50 000 USD. Además, se requiere un presupuesto adicional para suelos especiales, racks, mancuernas, bicicletas indoor y sistemas de sonido.

Alquiler y adaptación del local. El costo del alquiler varía según la ubicación y tamaño. En Buenos Aires, arrendar un espacio comercial cuesta entre 6 y 10 USD por m² al mes. En México, la renta de un local de 200–300 m² oscila entre 20 000 y 300 000 MXN mensuales (≈ 1 140‑17 140 USD). En ciudades de Colombia, Perú y Chile, los precios suelen ser más bajos; sin embargo, la localización en zonas residenciales de alto tráfico o centros comerciales aumenta el alquiler. La adecuación del local (remodelaciones, baños, decoración) puede costar de 50 000 a 200 000 MXN en México, cifra equivalente a 2 900‑11 400 USD o 11 M‑44 M COP a octubre de 2025. En países como Argentina, los gastos de remodelación suelen representar el 50 % del presupuesto total.

Licencias y permisos. Los trámites incluyen registro mercantil, autorización sanitaria, certificado de seguridad y pagos de derechos de autor por música ambiente. En México, los permisos oscilan entre 10 000 y 50 000 MXN (≈ 570–2 860 USD), mientras que en Argentina y Colombia los costos son semejantes pero deben incluir certificaciones de defensa civil y licencias de funcionamiento locales. Es recomendable consultar la normativa municipal de cada país para prever estos gastos.

Capital estimado. Un gimnasio tradicional de tamaño medio (300–400 m²) en México requiere una inversión total entre 400 000 y 1 000 000 MXN (≈ 23 000‑57 000 USD). Una boutique fitness puede montarse con 200 000–500 000 MXN (≈ 11 400‑28 600 USD) y las franquicias de cadenas internacionales demandan entre 1,5 y 3 millones de pesos (≈ 86 000–171 000 USD). Para Argentina, una inversión de 30 000–130 000 USD cubre la compra de equipos y el acondicionamiento del local. En Colombia, Chile y Perú, los costos son comparables aunque el tipo de cambio influye: 35 000 USD equivalen aproximadamente a 136 millones de pesos colombianos (3 900 COP por USD), 612 000 soles peruanos (3,8 PEN/USD), 35 millones de pesos chilenos (900 CLP/USD) y 24,5 millones de pesos mexicanos (17,5 MXN/USD). Estos montos se reducen para gimnasios pequeños o especializados.

Ingresos y márgenes de beneficio

Fuentes de ingresos. La principal fuente de ingresos son las membresías mensuales. Cadenas como Smart Fit obtienen más del 95 % de su facturación de las cuotas de sus afiliados, que en 2024 estaban entre 70 000 y 120 000 COP en Colombia (≈ 18‑31 USD). En México, una membresía promedio varía de 300 a 600 MXN (≈ 17‑34 USD) y en Argentina ronda los 15 000‑25 000 ARS (≈ 11‑18 USD). Perú y Chile se sitúan en rangos similares (20‑30 USD). Otros ingresos provienen de servicios complementarios como entrenamiento personal, nutrición, clases especializadas, venta de suplementos, alimentos y alquiler de lockers.

Margen de beneficio. El margen bruto de un gimnasio depende del modelo de negocio. Los gimnasios de bajo costo operan con márgenes más bajos (20‑30 %) pero con alta rotación de clientes, mientras que las boutiques y estudios especializados pueden alcanzar márgenes superiores al 40 %. Gran parte de los ingresos se destinan a salarios, mantenimiento y renovación de equipos. Los gimnasios que incorporan servicios de entrenamiento personalizado o asesoría nutricional elevan su ticket promedio y obtienen mejores márgenes.

Retorno de la inversión. En Argentina se estima que un gimnasio bien gestionado recupera la inversión en 24‑48 meses. En México y Colombia, el retorno puede lograrse en 2–3 años para modelos de bajo costo y hasta 4 años en gimnasios grandes. Factores como la ubicación, la fidelización de socios y la diversificación de servicios influyen en el tiempo de recuperación.

Ventajas, desafíos y riesgos

Ventajas. La creciente preocupación por la salud y la alta tasa de sedentarismo en Latinoamérica representan un mercado potencial enorme. La baja penetración (3–8 % de la población) en países como Colombia, México y Argentina significa que hay millones de posibles clientes. Además, la aparición de aplicaciones de fitness y el incremento de la conectividad permiten complementar las clases presenciales con contenidos digitales, generando nuevas fuentes de ingresos. La diversificación de servicios (nutrición, fisioterapia, entrenamiento funcional, yoga, servicios de bienestar) incrementa el valor percibido y fideliza a los usuarios.

Desafíos. El mayor obstáculo para los emprendedores son los elevados costos iniciales y la competencia de cadenas consolidadas. La pandemia evidenció la vulnerabilidad de la industria ante cierres obligatorios y restricciones de aforo; cerca del 30 % de los gimnasios chilenos cerraron entre 2020 y 2022. Otros riesgos incluyen el aumento de los costos de energía y alquiler, la alta rotación de clientes (algunas membresías duran solo 3–6 meses) y la necesidad constante de mantenimiento de los equipos. Cumplir con las regulaciones sanitarias y de seguridad exige obtener permisos y realizar inspecciones periódicas. En Argentina, por ejemplo, hasta el 50 % del presupuesto de apertura se destina a adaptaciones y equipamiento.

Riesgos sanitarios y logísticos. La aglomeración de personas eleva el riesgo de contagios, por lo que es obligatorio implementar protocolos de limpieza, ventilación y distanciamiento. Asimismo, los gimnasios deben contar con pólizas de seguros, planes de emergencia y certificaciones de defensa civil. La logística de reposición de consumibles (suplementos, bebidas, alimentos) exige acuerdos con proveedores confiables y sistemas de inventario. Finalmente, la creciente oferta de entrenamientos en línea y aplicaciones gratuitas representa una competencia indirecta que puede reducir el número de socios presenciales.

Resumen: pros y contras y recomendación

AspectoProsContras
DemandaAlta proporción de población sedentaria y creciente conciencia de salud; penetración baja (3–8 %) ofrece amplio mercado.Competencia de cadenas consolidadas; usuarios sensibles a los precios.
InversiónPosibilidad de comenzar con modelos boutique de baja inversión (≈ 11 000–28 000 USD).Capital inicial alto para gimnasios grandes (≈ 30 000–130 000 USD); alquiler y equipamiento representan la mayor parte.
IngresosMembresías mensuales constantes; servicios complementarios incrementan el ticket promedio; margen bruto estimado 20–40 %.Alta rotación de clientes, especialmente en Colombia donde las membresías duran de 3 a 6 meses; dependencia de la estabilidad económica.
TendenciasIntegración de tecnología (apps, entrenamientos virtuales) y expansión de franquicias; posibilidad de alianzas con marcas de bienestar.Necesidad de capacitación constante del personal y actualizaciones de tecnología.
RiesgosSector en expansión con oportunidades de diversificación.Riesgos sanitarios, costos regulatorios y cierres por contingencias epidemiológicas.

Recomendación final

Abrir un gimnasio en Latinoamérica puede ser un negocio rentable si se elige el modelo adecuado y se gestiona con eficiencia. Es fundamental realizar un estudio de mercado local para determinar la demanda, competencia y poder adquisitivo de los posibles socios. Los gimnasios boutique o de nicho requieren inversiones menores y permiten diferenciarse mediante servicios personalizados. En cambio, las grandes cadenas necesitan una inversión alta pero ofrecen economías de escala y mayor visibilidad. La diversificación de ingresos —como la venta de suplementos, planes de nutrición, fisioterapia, entrenamiento funcional y clases virtuales— mejora la rentabilidad y reduce la dependencia de las cuotas de membresía. En un entorno de baja penetración y creciente preocupación por la salud, quienes logren una propuesta de valor clara y una buena experiencia de usuario tienen altas probabilidades de éxito. No obstante, se debe prever un retorno de la inversión en un plazo de 2 a 4 años y contar con reservas financieras para afrontar eventualidades.